jueves, 18 de diciembre de 2008

La aventura de coger el autobus en hora punta

A todos nos a pasado alguna vez que nos vemos obligados a desplazarnos en transporte publico por que no nos queda otra alternativa mejor, en ocasiones la aventura resulta bien pero en el 80% de las ocasiones la experiencia tiene ciertos iconvenientes.

Todo ocurre cuando una bonita mañana te da por cojer el autobus urbano por ahorrarte caminar media horita, todo parece perfecto, tu as consultado previamente el horario, llegas puntual a la parada y... te encuentras con que el horario de la parada no coincide con el que tu habias mirado sino que lo acaban de cambiar justo hoy y acababa de pasar y te toca esperar veinte minutillos al siguiente, piensas bueno, total no tengo nada mejor que hacer, te da por mirar el reloj constantemene en ocasiones hasta varias veces en el mismo minuto y ves que el tiempo no pasa, ¿se habra parado el reloj? sigues esperando alli desesperado ya por que venga el siguiente pero algo pasa ¿Que pasa aora? ves que ya se retrasa que deberia haber pasado y no lo ha hecho y que a lo tonto llevas casi tres cuartos de hora esperando el autobus cuando en media hora habrias llegado andando pero bueno, piensas que si has esperado tanto no lo vas a tirar por tierra ahora que no cuesta nada hacerlo un poco mas, por fin llega el siguiente autobus tu dando saltos de alegria ya pero... cuando se para ves que no hay ni un asiento libre y que te toca ir de pie, bueno no es un gran problema este, se sobrelleva pero en la siguiente parada ves con cara de asombro que hay como veinte personas esperando para subirse, piensas ¿donde se van a meter tantos?
Se sube la tipica señora con carrito de bebe que ocupa medio autobus y tropecientos cinco jubiletas que, como les cuesta gratis, deciden pasar el dia en el bus. Ya no queda mas espacio habitable alli pero ves como se dirige a la siguiente parada donde hay otro mogollon de gente, para entrar comienzan a estrujar gente contra las barras y ay que levantar la cabeza para poder respirar.

Ya te has conseguido acostumbrar a la situacion cuando al niño de cambio le da por ponerse a llorar, todo el autobus pendiente al niño y el niño que no se calla entonces piensas que pronto saldras de ese infierno que la siguiente parada es donde te bajas.
Todo un suplicio porque tienes que abrirte camino entre la multitud que esta compactada como sardinas en lata, tu vas empujando gente para llegar a la puerta cuando la señora de costumbre te dice ¡Cuidadito eh sin empujar! ¿Sin empujar señora?¿Como paso si no?. Por fin llegas a tu parada y ves que no solo tu te bajas en ella sino que la mitad del autobus tambien y comienza la estampida, cincuenta personas empujando a la vez para conseguir la ansiada libertad y ves como la manada de rinocerontes te arrastra hacia fuera sin tiempo a reaccionar. Al menos ahora que ya estas fuera puedes respirar aire fresco y gozas de una agradable sensacion de amplitud.

En fin que esta es mi experiencia con los autobuses urbanos, una aventura inolvidable.
Saludos a todos y suerte con las notas los que esteis estudiando.

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